A medida que las empresas se globalizan, asumen nuevos riesgos, tratándose no solo de riesgos financieros y políticos convencionales que acompañan a la actuación en un mercado nuevo, definido territorialmente, sino también incluyen riesgos mucho menos conocidos de naturaleza social y medioambiental que vienen implicados por la actuación en el espacio transnacional de los flujos de transacción, y en el que las sorpresas pueden llegarles a las empresas de parte de los stakeholders (grupos de interés) es decir consumidores, inversores, etc. situados en cualquier lugar del mundo. Ello hace necesario partir de la visión de una agricultura más amplia y sistémica, que trasciende la concepción tradicional como medio de producción primaria, para así considerar una relación armónica entre agricultura, sociedad y medio ambiente que contribuye simultáneamente al aumento de la productividad, la competitividad y la responsabilidad social empresarial (RSE), que resalta a su vez la equidad, la ética y la conservación de los recursos naturales (BRATHWAITE, Chelston W. D. Director General Guayaquil, Ecuador. Palabras de apertura. Tercera Reunión Ministerial “Agricultura y vida rural en las Américas”, 30 de agosto, 2005).
Dentro de este contexto, hoy en día, las empresas están cada vez más convencidas de que su éxito económico ya no depende únicamente de una estrategia de aumento al máximo de los beneficios a corto plazo, sino de tener en cuenta la protección del medio ambiente y el fomento de su RS, incluidos los intereses de los consumidores. Por lo que ha surgido un amplio consenso sobre la importancia de la RSE o Responsabilidad social corporativa (RSC) en las actividades de las empresas, ya que éstas se han dado cuenta de diversas cuestiones que las afectan o que influyen en sus comportamientos. Así: 1) la mundialización ha aumentado el grado de complejidad organizativa de las empresas pues la creciente expansión de sus actividades en el extranjero hace surgir nuevas responsabilidades a escala mundial, en particular en los países en desarrollo; 2) la imagen, el prestigio y, por consiguiente, el éxito de las empresas depende de su compromiso en favor de los consumidores; 3) para calcular mejor los factores de riesgo y de éxito de una empresa, las instituciones financieras piden obtener información que no se limite a los tradicionales informes financieros; 4) las empresas tienen un claro interés en contribuir al desarrollo del conocimiento y de la innovación si quieren beneficiarse de una mano de obra competente; 5) el desarrollo de prácticas que tengan en cuenta elementos medioambientales y sociales contribuye a la modernización de las actividades de las empresas y, por consiguiente, a su competitividad a largo plazo (Véase: Comunicación de la Comisión de 2.7.2002 relativa a la responsabilidad social de las empresas: una contribución empresarial al desarrollo sostenible [COM (2002) 347 final - no publicada en el Diario Oficial]. http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/n26034.htm).
Orientar, los esfuerzos de la empresa, solamente a producir resultados, basados en las teorías de producir y vender más con el mínimo costo, sin importar el impacto social y ambiental, es a lo largo del tiempo, el peor negocio del sector productivo que busca la rentabilidad.
En la última reunión de ISO 26000, uno de los principales hitos fue: que se llegó a una definición de Responsabilidad Social, entendiéndose "la Responsabilidad de una organización por los impactos de sus decisiones y actividades sobre la sociedad y el medio ambiente, a través de un comportamiento ético y transparente que: 1) sea consistente con el desarrollo sostenible y el bienestar de la sociedad; 2) tome en cuenta las expectativas de las partes interesadas (stakeholders); 3) esté en conformidad con la legislación vigente y congruente con las normas de conducta internacionales; y 4) sea integrada en toda la organización y practicada en todas sus relaciones” (Definición de Responsabilidad Social: ya se está despejando el camino”. Blog de ética RSU. http:// blog.pucp.edu.pe/).
La RSE, es la adopción de un conjunto de relaciones respecto de los empresarios con su entorno social y medioambiental. Se trata de cómo deben ser las prácticas y conductas de los empresarios, es decir su comportamiento en relación a los consumidores, el medioambiente, sus trabajadores, las ONG, el Estado y la sociedad en general.
Dentro de este contexto, hoy en día, las empresas están cada vez más convencidas de que su éxito económico ya no depende únicamente de una estrategia de aumento al máximo de los beneficios a corto plazo, sino de tener en cuenta la protección del medio ambiente y el fomento de su RS, incluidos los intereses de los consumidores. Por lo que ha surgido un amplio consenso sobre la importancia de la RSE o Responsabilidad social corporativa (RSC) en las actividades de las empresas, ya que éstas se han dado cuenta de diversas cuestiones que las afectan o que influyen en sus comportamientos. Así: 1) la mundialización ha aumentado el grado de complejidad organizativa de las empresas pues la creciente expansión de sus actividades en el extranjero hace surgir nuevas responsabilidades a escala mundial, en particular en los países en desarrollo; 2) la imagen, el prestigio y, por consiguiente, el éxito de las empresas depende de su compromiso en favor de los consumidores; 3) para calcular mejor los factores de riesgo y de éxito de una empresa, las instituciones financieras piden obtener información que no se limite a los tradicionales informes financieros; 4) las empresas tienen un claro interés en contribuir al desarrollo del conocimiento y de la innovación si quieren beneficiarse de una mano de obra competente; 5) el desarrollo de prácticas que tengan en cuenta elementos medioambientales y sociales contribuye a la modernización de las actividades de las empresas y, por consiguiente, a su competitividad a largo plazo (Véase: Comunicación de la Comisión de 2.7.2002 relativa a la responsabilidad social de las empresas: una contribución empresarial al desarrollo sostenible [COM (2002) 347 final - no publicada en el Diario Oficial]. http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/n26034.htm).
Orientar, los esfuerzos de la empresa, solamente a producir resultados, basados en las teorías de producir y vender más con el mínimo costo, sin importar el impacto social y ambiental, es a lo largo del tiempo, el peor negocio del sector productivo que busca la rentabilidad.
En la última reunión de ISO 26000, uno de los principales hitos fue: que se llegó a una definición de Responsabilidad Social, entendiéndose "la Responsabilidad de una organización por los impactos de sus decisiones y actividades sobre la sociedad y el medio ambiente, a través de un comportamiento ético y transparente que: 1) sea consistente con el desarrollo sostenible y el bienestar de la sociedad; 2) tome en cuenta las expectativas de las partes interesadas (stakeholders); 3) esté en conformidad con la legislación vigente y congruente con las normas de conducta internacionales; y 4) sea integrada en toda la organización y practicada en todas sus relaciones” (Definición de Responsabilidad Social: ya se está despejando el camino”. Blog de ética RSU. http:// blog.pucp.edu.pe/).
La RSE, es la adopción de un conjunto de relaciones respecto de los empresarios con su entorno social y medioambiental. Se trata de cómo deben ser las prácticas y conductas de los empresarios, es decir su comportamiento en relación a los consumidores, el medioambiente, sus trabajadores, las ONG, el Estado y la sociedad en general.
Las “buenas prácticas” constituyen el barómetro que nos permite medir cuándo estamos frente a empresarios confiables que respetan las normas y cumplen con sus obligaciones (Véase: VICTORIA, María Adriana. “Aporte de la calidad agroalimentaria y agroambiental a la responsabilidad social empresarial (RSE)”, in Revista Nuevas Propuestas nº 39. Universidad Católica de Santiago del Estero, Santiago del Estero, Argentina, junio de 2006, pp. 7-33).
La RSE, aunque de modo lento, está siendo adoptada en el agro. A ello aporta un adecuado marco el Pacto Global (Global Compact) de Naciones Unidas.
El avance hacia los objetivos derivados de los principios de dicho pacto, agrega una dimensión social y ambiental a los resultados financieros. Esto proporciona una perspectiva más amplia de la forma en que la empresa aporta una contribución positiva a la sociedad en que realiza sus actividades (Pacto Mundial. Cómo llevarlo a la práctica. Principios del Pacto Mundial. Modelo de rendimiento del Pacto Global. 05-24192 (S). www.unglobalcompact.org.).
En la Comunidad europea (CE), algunas empresas son conscientes de las oportunidades que les abre la mejora de los resultados ecológicos, y trabajan para aprovecharlas de manera sistemática: “la iniciativa europea de eficiencia ecológica”, entendida como la noción de que mediante la mejora del modo en que se utilizan los recursos es posible reducir el deterioro medioambiental y los costes (European Eco-Efficiency Initiative, EEEI), una iniciativa del World Business Council for Sustainable Development y los European Partners for the Environment realizada en colaboración con la Comisión Europea tiene por objeto integrar la eficiencia ecológica en las operaciones comerciales europeas y en las políticas industriales y económicas de la Unión Europea (http://www.wbcsd.ch/eurint/eeei.htm). En esta línea, las empresas tienen y practican una visión ecoproductiva que arrima producción- conservación; producción- seguridad alimentaria; producción-desarrollo sustentable, y están en situación de demostrar su RS a través de su adhesión a principios y adopción de instrumentos y herramientas, a partir de su voluntariedad.
Éstos últimos, son principios y mecanismos que posibilitan el reconocimiento externo de las empresas, dado que permite la mejora de la reputación, imagen, con consecuentes beneficios económicos y, por sobre todas las cosas, el convencimiento de haber cumplido con lo que reclama la sociedad y el ambiente. Así, los consumidores tienen que disponer de información confiable acerca de la calidad y seguridad de los frutos y productos- tanto in natura como industrializados-, servicios ambientales, agroturismo, etc. y, en un plano todavía más amplio, tienen que conocer las iniciativas de las empresas y los resultados que éstas obtienen en el ejercicio de su RS ya que la libertad en el mercado exige no solo capacidad de opción sino también “información” acerca de las opciones disponibles, puesto que sin una información veraz, oportuna, leal no se puede ejercer cabalmente la libertad en el acto de consumo, consumo que por otra parte, también debe ser responsable.
Por lo que la institucionalización de “canales reconocidos de comunicación”, dedicados a valorizar los comportamientos socialmente responsables, debe ser un objetivo prioritario en cualquier estrategia que pretenda impulsar consecuentemente la RSE.
La RSE, aunque de modo lento, está siendo adoptada en el agro. A ello aporta un adecuado marco el Pacto Global (Global Compact) de Naciones Unidas.
El avance hacia los objetivos derivados de los principios de dicho pacto, agrega una dimensión social y ambiental a los resultados financieros. Esto proporciona una perspectiva más amplia de la forma en que la empresa aporta una contribución positiva a la sociedad en que realiza sus actividades (Pacto Mundial. Cómo llevarlo a la práctica. Principios del Pacto Mundial. Modelo de rendimiento del Pacto Global. 05-24192 (S). www.unglobalcompact.org.).
En la Comunidad europea (CE), algunas empresas son conscientes de las oportunidades que les abre la mejora de los resultados ecológicos, y trabajan para aprovecharlas de manera sistemática: “la iniciativa europea de eficiencia ecológica”, entendida como la noción de que mediante la mejora del modo en que se utilizan los recursos es posible reducir el deterioro medioambiental y los costes (European Eco-Efficiency Initiative, EEEI), una iniciativa del World Business Council for Sustainable Development y los European Partners for the Environment realizada en colaboración con la Comisión Europea tiene por objeto integrar la eficiencia ecológica en las operaciones comerciales europeas y en las políticas industriales y económicas de la Unión Europea (http://www.wbcsd.ch/eurint/eeei.htm). En esta línea, las empresas tienen y practican una visión ecoproductiva que arrima producción- conservación; producción- seguridad alimentaria; producción-desarrollo sustentable, y están en situación de demostrar su RS a través de su adhesión a principios y adopción de instrumentos y herramientas, a partir de su voluntariedad.
Éstos últimos, son principios y mecanismos que posibilitan el reconocimiento externo de las empresas, dado que permite la mejora de la reputación, imagen, con consecuentes beneficios económicos y, por sobre todas las cosas, el convencimiento de haber cumplido con lo que reclama la sociedad y el ambiente. Así, los consumidores tienen que disponer de información confiable acerca de la calidad y seguridad de los frutos y productos- tanto in natura como industrializados-, servicios ambientales, agroturismo, etc. y, en un plano todavía más amplio, tienen que conocer las iniciativas de las empresas y los resultados que éstas obtienen en el ejercicio de su RS ya que la libertad en el mercado exige no solo capacidad de opción sino también “información” acerca de las opciones disponibles, puesto que sin una información veraz, oportuna, leal no se puede ejercer cabalmente la libertad en el acto de consumo, consumo que por otra parte, también debe ser responsable.
Por lo que la institucionalización de “canales reconocidos de comunicación”, dedicados a valorizar los comportamientos socialmente responsables, debe ser un objetivo prioritario en cualquier estrategia que pretenda impulsar consecuentemente la RSE.
Las empresas, al comunicar, tienen que cubrir las expectativas de todos lo grupos de interés. De ahí que es necesario dotar a los consumidores de herramientas para que puedan evaluar, en forma independiente, el comportamiento empresarial y destacar a quienes actúan en forma responsable.
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